El encuentro fue presidido por el obispo auxiliar, mons. Francisco José Prieto
El encuentro comenzaba a las diez y media con la bienvenida a las familias asistentes, que llegaron desde todos los puntos de la archidiócesis. En su saludo inicial, mons. Prieto resaltó el papel de la familia en la construcción de la sociedad y destacó su capacidad de acogida incondicional a todos sus miembros. El obispo auxiliar recordó las difíciles circunstancias vividas durante los meses de pandemia, en los que la familia fue esa “Iglesia doméstica” de la que hablaba el Concilio Vaticano II. También invitó a todos a implicarse en el desarrollo de la exhortación “Amoris Laetitia” en nuevos caminos pastorales.
A continuación, se desarrolló un panel de experiencias con cuatro intervenciones a cargo de personas representativas de otras tantas realidades en las que la Iglesia tuvo y tiene un protagonismo claro durante la pandemia. Intervinieron, por este orden, una psicóloga, un párroco capellán en un hospital de A Coruña, una trabajadora social de Cáritas y una madre de familia. Cada uno aportó sus vivencias durante aquellos meses y la esperanza y el entusiasmo misionero con la que se enfrentan al futuro inmediato. Fueron todas ellas, lecciones sobre cómo poner en práctica el mensaje de la “Amoris Laetitia”.
Presentación del nuevo equipo
En el encuentro, además, se procedió a presentar al nuevo equipo de Pastoral Familiar y a sus nuevos responsables, que presentaron los objetivos de un curso que será tan apasionado como intenso. Los delegados pidieron la colaboración de todos los fieles que sean o sientan la vocación de ser agentes de Pastoral Familiar. El equipo de redes sociales presentó el nuevo logotipo de la delegación, una página web renovada y la entrada en Facebook.
Después, los asistentes a la jornada se repartieron en grupos de trabajo para reflexionar sobre la realidad diocesana de las familias y aportar ideas para reforzar esta pastoral, teniendo en cuenta el proceso sinodal convocado por el papa Francisco.
Tras la comida y el tiempo dedicado a los juegos familiares, el obispo auxiliar presidió en la Capilla del Seminario Menor la Eucaristía con la que se clausuró el encuentro. Monseñor Prieto agradeció la asistencia a la jornada y recordó que Dios Padre acoge con misericordia y bondad hasta el más pequeño gesto realizado con confianza en la providencia. El canto de la Misa corrió a cargo de un coro integrado por niños de las parroquias de Santa Eulalia de Arealonga (Vilagarcía de Arousa), San Pedro de Cornazo y San Vicente de Os Groves (O Grove).