Mons. Julián Barrio inauguró el Sínodo 2021-2023

El arzobispo de Santiago, mons. Julián Barrio Barrio, inauguró el proceso sinodal que culminará en octubre de 2023 en Roma con la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos. Esta primera fase diocesana se alargará hasta abril del próximo año y a ella están llamadas a participar las parroquias, comunidades religiosas, movimientos y grupos de fieles, que trabajarán sobre un documento preparatorio ofrecido por el Sínodo.

La andadura diocesana comenzó con una asamblea en la iglesia del monasterio de las Benedictinas de San Paio de Antealtares, en Compostela. El obispo auxiliar, mons. Francisco José Prieto Fernández, presentó las fases, la metodología y los objetivos del Sínodo y recordó que el Papa Francisco le pide a la Iglesia revitalización y renovación. Insistió en que la sinodalidad es una llamada a caminar juntos, en unidad pero con respeto a la diversidad, viviendo con Iglesia peregrina y practicando la corresponsabilidad.

El obispo auxiliar invitó a reflexionar en estos meses sobre la realidad de la Iglesia compostelana, sobre cómo vivimos la sinodalidad en nuestras parroquias y la discernir fraternalmente qué nos pide el Espíritu Santo para vivir como Iglesia unida.

Destacó tres actitudes fundamentales que deben presidir el trabajo sinodal: escuchar la Palabra de Dios y a los hermanos, discernir qué nos pide el Espirito Santo la cada uno de nosotros y participación activa en el proceso sinodal.

A continuación a asamblea escuchó los testimonios de un participante en el Sínodo diocesano clausurado en 2017, un joven que participó en el pre sínodo convocado por el Papa Francisco previo al Sínodo de los obispos sobre la juventud, la fe y el discernimiento vocacional de 2018, a presidente de la Manos Unidas Compostela y la abadesa de San Paio de Antealtares.

Cerró a asamblea mons. Julián Barrio, que pidió tener en cuenta tres actitudes en los trabajos sinodales: Sentir la fraternidad, descubrir la belleza en medio de la oscuridad y permanecer fieles al Evangelio descubriendo la mirada triste del marginado, el dolor del enfermo, los lloros del niño con hambre, la desesperanza del parado.

Recordó que el Sínodo no es asamblearismo sino la busca de la verdad que nos hace libres y la manera de actuar es el servicio a los demás. Finalizó con un gesto de envío en el que le pidió a los asistentes que vivan el proceso sinodal inaugurado con esperanza y alegría.

La inauguración concluyó con una solemne eucaristía en la catedral.

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